Este año el 8M nos encuentra diferentes, enojadas, con un sabor absolutamente amargo.
Es por eso que no celebramos, nos ponernos serias y desde la rabia, que nos lleva a pensar, que nos impulsa y nos une, invitamos a todas las personas que nos leen a tener presente que los actos de violencia absoluta son sólo una muestra de otros tantos que ocurren en el día a día y no son ajenos al ámbito laboral.
Estamos enojadas sí, pero no nos impulsa solamente el enojo, sino el deseo de mundo diferente, en donde las mujeres podamos vivir seguras gozando de los mismos derechos que el resto. Un mundo donde no sea necesario tener un día para reclamar el cuidado y bienestar que cada persona se merece.
Aportar desde nuestro rol para conseguirlo es el firme propósito de quienes hacemos Más Humanas.